China desmiente esta cifra y afirma que estas personas son llevadas a centros
de formación profesional, destinados a ayudarlas a encontrar un empleo para
alejarlas de la tentación del extremismo. Al comienzo de la epidemia, las
organizaciones partidarias de los uigures estaban preocupadas por las posibles
consecuencias de un contagio dentro de estos centros.
China informó el viernes 17 de julio de 2020 de, al menos,
cinco nuevos casos de covid-19 en Xinjiang, una vasta región del noroeste del
país, donde vive en particular la minoría musulmana uigur, lo que hace temer un
resurgimiento de las contaminaciones.
China, el primer país afectado por el virus a finales de
2019, ha conseguido desde entonces frenar considerablemente el contagio, que en
las últimas semanas ha descendido a un puñado de nuevos casos cada día.
Xinjiang es un territorio semidesértico que limita con Asia
central, donde viven 25 millones de personas. Poco menos de la mitad de ellos pertenece
a la minoría uigur, que es predominantemente musulmana y habla un idioma
similar al turco.
Al menos cinco nuevos casos de nuevo coronavirus fueron
descubiertos en Urumqi, la capital regional, dijeron las autoridades locales.
La primera infección fue detectada el miércoles.
Como resultado, la metrópolis de 3,5 millones de habitantes
cerró su metro, mientras que las conexiones aéreas se redujeron drásticamente
el viernes.
Algunos usuarios de la red social Weibo afirman que varios
barrios residenciales fueron aislados. Para desalentar probablemente compras de
pánico, los medios oficiales afirman que los supermercados tienen suficientes
reservas de alimentos.
Washington, junto con expertos y organizaciones
de derechos humanos, acusan a Pekín de haber internado en Xinjiang a un millón
de musulmanes, principalmente de etnia uigur, en nombre de la lucha
antiterrorista.
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