La vacuna contra el covid-19 que desarrolla la Universidad de Oxford, en
colaboración con la farmacéutica AstraZeneca, genera una fuerte respuesta
inmune entre los ancianos, el grupo más vulnerable, revela este lunes 26 de
septiembre de 2020 el Financial Times.
Los ensayos clínicos de esa vacuna están en la fase 3, la última antes de
conocer con exactitud si es segura y si permite proteger a la población de la
enfermedad, tras lo cual necesitará el visto bueno de los reguladores antes de
procederse a una vacunación masiva.
Según pudo saber el periódico de dos personas familiarizadas con estos
estudios, la vacuna genera entre los ancianos anticuerpos y las llamadas
células T (cuyo principal propósito es identificar y matar patógenos invasores
o células infectadas).
La edad es el principal factor de riesgo del covid-19 dado que el sistema
inmunológico se debilita con el tiempo, por lo que este grupo es el que más
necesitará protección contra el coronavirus.
Los investigadores, según el Financial, están animados por la respuesta inmune
que genera la vacuna entre las personas mayores.
Los resultados de las primeras pruebas clínicas de la vacuna de Oxford,
publicados el pasado julio, ya indicaban que genera anticuerpos y las células
T.
Se espera que los detalles de los últimos hallazgos sean publicados pronto en
una revista médica, añade el diario.
"Si tienen datos que muestran que la vacuna genera una buena inmunidad,
medida en el laboratorio, en el grupo de más de 55 años, y que incluye una
buena respuesta en gente que es mucho mayor, creo que es una señal
prometedora", señaló al diario Jonathan Ball, profesor de virología de la Universidad
inglesa de Nottingham.
En agosto, la Unión Europea (UE) cerró con AstraZeneca un primer contrato que
le garantiza acceso a 300 millones de dosis, pacto que se rubricó en nombre de
los Estados miembros y las dosis se distribuirán en función de la población de
cada país.
Además del contrato de la UE con AstraZeneca, los Gobiernos de Argentina y
México, así como la fundación mexicana Slim, llegaron a un acuerdo con la
farmacéutica y Oxford para fabricar la vacuna destinada a sus países y
distribuirla después al resto de América Latina, excepto Brasil.
Además del Reino Unido, las pruebas clínicas se han desarrollado en Estados
Unidos, Brasil y Sudáfrica.
Los ensayos no han estado exentos de problemas. En septiembre, las pruebas se
reanudaron tras ser interrumpidas por un breve periodo de tiempo por la
reacción adversa sufrida por un voluntario.
Además, recientemente falleció en Brasil un voluntario, un caso del que no se
dieron mayores detalles, pero que, según los medios, esta persona habría
recibido un placebo y no la vacuna.
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