El Día de los Difuntos es una fecha que se vive de diversas formas en Tungurahua. Entre las tradiciones está la reunión familiar, el compartir y sobre todo el recordar a los seres queridos visitando sus tumbas en los cementerios.
Sin embargo, este año el colorido y la cultura se dejó de lado debido a las disposiciones de las autoridades de no abrir los cementerios a fin de precautelar la salud de la ciudadanía ante los posibles contagios de Covid 19.
En el sector mestizo esta restricción no tuvo mayor inconveniente, no así entre los pueblos indígenas que se asientan en la provincia.
Nostalgia
El compartir en los campos santos es una tradición cultural y religiosa en Salasaca, la misma que se desarrolla desde hace más de 150 años y que se revitaliza cada año, incluso, hasta quienes están fuera del país saben que tienen que llegar para honrar a los que partieron de este mundo y reunirse con sus familiares.
“Este culto se transmite de generación en generación”, comentó Manuel Jiménez, quien llegó hasta el cementerio con toda su familia, pero no pudo ingresar pues este permaneció bajo llave.
Su esposa y sus hijas, ataviadas con sus mejores atuendos tradicionales tenían lista la comida que prepararon desde tempranas horas de la mañana, sin embargo, les tocó regresarse a sus casas.
“Es triste ver que esta enfermedad nos roba absolutamente todo, incluso nuestras costumbres”, dijo María Villa al tiempo de indicar que solo su nieto ingresó a colocar algo de agua y alimento en la tumba de sus familiares, aunque sea saltando el cerramiento.
La tristeza y la decepción fue evidente en las decenas de familias que llegaron para intentar ingresar y que no pudieron.
Otros lugares
En parroquias de Ambato como Pinllo, Quisapincha, Ambatillo, Huachi Chico los cementerios permanecieron también cerrados y lucieron desolados, mientras que en otros la ciudadanía también asistió en un número reducido a pesar de la prohibición.
En el cementerio de Santa Rosa incluso se celebró una misa al interior del campo santo, donde los asistentes trataron de guardar la distancia.
“No podemos dejar abandonados a nuestros familiares y seres queridos, por lo menos llegada la fecha tenemos que visitarlos”, dijo Lourdes Tipán, quien asistió al cementerio.
En Tisaleo y Mocha estos espacios si abrieron sus puertas al público, esto por disposición del COE de cada cantón, aunque no se contó con mayor presencia de ciudadanos, púes el temor aún persiste. (FCT)
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