La falta de oxígeno agudizó la emergencia sanitaria en el tercer pico de contagios del covid-19 en las provincias de Loja, Azuay y Santo Domingo de los Tsáchilas. Hay escasez, alta demanda y especulación con el precio del producto.
Con una ocupación del 100% en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de la red pública y privada, los hospitales enfrentan un consumo elevado del producto y algunos han vivido momentos de gran preocupación, ya que estuvieron a punto de quedarse sin este elemento vital para salvar vidas.
Esto ocurrió, por ejemplo, en la Clínica Santa Inés de Cuenca. Entre julio y agosto, que fueron los meses más críticos del 2020, las 10 camas de hospitalización intermedia y UCI estuvieron llenas, pero no enfrentaron escasez de oxígeno.
Este año aumentaron 17 camas, porque reciben pacientes de la red pública y se triplicó la demanda de oxígeno, dijo su director, Julio Tamayo. Hace 10 días estuvieron a punto de quedarse sin el producto, pero las casas distribuidoras les ayudaron.
Esta clínica tiene planta propia y también se provee de comercializadoras. El problema de la escasez ocurre porque hay pacientes críticos que consumen hasta el tope de 70 litros por minuto. “Con esa demanda hasta los hospitales más grandes tienen dificultades”, comentó Tamayo.
Él contó que entre marzo y abril, seis pacientes graves que venían en ambulancias desde Loja y Zamora Chinchipe murieron en el viaje, porque no les alcanzaron los tres tanques de oxígeno que traían.
En Cuenca hay cuatro distribuidoras que abastecen a los hospitales y venden al público en general. Ellos argumentan que la escasez ocurre porque en las plantas productoras de Guayaquil no les atienden todo el requerimiento.
El gerente del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social de Loja, Ricardo Bueno, explica que dentro de los hospitales la escasez se soluciona con los proveedores, pero le preocupa la situación afuera.
Él menciona, por ejemplo, que muchos pacientes que salen con el alta médica siguen conectados al oxígeno por semanas o meses, por las secuelas pulmonares.
Además, hay infectados graves que, ante la falta de camas en los hospitales, son atendidos por médicos particulares en sus domicilios y también están con oxígeno.
A estos grupos se les dificulta conseguir el producto y por eso pagan lo que les pidan, como lo ha venido haciendo la lojana Rosa Torres para su mamá, que está delicada. “Los intermediarios imponen el precio”, indicó Torres. El Gerente ha notado angustia y desesperación en muchas familias lojanas por la especulación del producto.
En medio de esta crítica situación, algunos gobiernos seccionales, como los municipios de Zamora y de Ponce Enríquez (Azuay) y la Prefectura de Zamora Chinchipe, se involucraron en la compra de tanques de oxígeno para los hospitales. Fueron a traer desde las plantas de Guayaquil.
Las redes sociales están llenas de mensajes de gente que busca tanques de oxígeno para mantener con vida a sus seres queridos. Pero también hay ofertas del producto al doble del precio establecido.
Esto también ocurre en Santo Domingo de los Tsáchilas. La Intendencia de Policía, la Agencia de Control y Regulación Sanitario (Arcsa) y el Cuerpo de Bomberos atendieron algunas denuncias ciudadanas por sobreprecios.
Esta semana realizaron operativos para detener la especulación, que tomó fuerza por el aumento de enfermos graves. El pasado miércoles, dos establecimientos fueron citados por incumplir la normativa.
Uno de ellos está en la avenida Río Tanti, en un inmueble sin letreros que indica la venta de producto. Un ciudadano denunció que allí le vendieron a USD 70 dólares la recarga de un tanque de seis metros cúbicos, cuando el costo oficial es de USD 36,12.
El denunciante contó que ese alto valor ha pagado durante las dos últimas semanas, desde que su tía, Sonia Fernández, salió de la UCI con un cuadro de fibrosis pulmonar, por las secuelas que le dejó el coronavirus.
La mujer, de 59 años, necesita un tanque diario para mantener en actividad sus dos pulmones. Su familia cree que la asistencia artificial será de por vida. Por eso, piden a las autoridades que controlen la especulación, porque la economía de los hogares es crítica.
En Ecuador, los costos de los productos medicinales están regulados por la Secretaría Técnica de Fijación de Precios. Según un cuadro tarifario de su página web, el precio tope de cargas para el gas de inhalación va desde USD 2,40 hasta los USD 60,20, para las bombonas de entre 0,4 y 10 metros cúbicos.
En el mercado local, los de mayor demanda son los de uno y seis metros cúbicos. Durante los operativos, funcionarios del Arcsa exhortaron a los ciudadanos para que denuncien las irregularidades y así poder focalizar los controles.
El Comercio
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