Ambato. Hace más de 10 años, Juan Granda retorno del
extranjero luego de trabajar toda su vida en Estados Unidos.
Estos últimos años los pasó junto a su familia que radica en la Cumandá,
Ambato. Pero la mañana de ayer, cuando habría acudido hasta el complejo turístico
La Moya, en Pelileo Grande, la muerte le llegó sin previo aviso.
El hombre de 68 años de edad fue hallado sin vida en el área del turco de dicho
lugar. Al parecer un infarto que no le dio opción a nada, le arrancó la vida.
SERÍA UN INFARTO.
Al sitio llegaron las unidades de la Policía de Pelileo, quienes alertaron
sobre la muerte y comunicaron a los agentes de la Dirección de Investigación de
Muertes Violentas (Dinased).
El personal de dicha unidad junto a Criminalística y Fiscalía a cargo de Alexandra
Sánchez estuvieron en el lugar, en donde verificaron que el cuerpo no tenía
señales de violencia.
Según los familiares el hombre tenía Parkinson y problemas cardíacos. Por tal
motivo, al tratarse de una muerte natural, el cuerpo no fue llevado para el
centro forense de Ambato para que le realicen la autopsia.
En efecto, un médico tratante del ciudadano fallecido, habría emitido un
certificado donde se detallaba que el presentaba problemas de salud.
LO VIERON SIN MOVERSE.
Diego Vilema, allegado a la familia, comentó que al llegar hasta el complejo turístico
se les informó que el hombre habría llegado solo hasta el lugar.
Allí siempre solía disfrutar de las piscinas, turco y sauna. Precisamente en el
turco, el hombre se habría recostado y bajo su cabeza colocó una toalla.
Una de sus manos habría quedado sobre el pecho, mientras la muerte le llegó
silenciosamente.
Una mujer bombero que se encontraba junto a compañeros en una práctica de acondicionamiento
habría entrado al turco y al ver al hombre sin reacción, solicitó ayuda y
vieron que ya no tenía pulso. (I)
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